UMD: lucharon desde dentro por la democracia

                                                                                         * Imagen obtenida de El País

UMD fue fundada en 1936 por un grupo de militares jóvenes que lucharon por la democracia, pero decidieron hacerlo de forma pacífica, intentando convencer al resto de militares uno por uno. Tuvieron que organizarse de forma clandestina, y se ocultaron hasta tal punto que ni los propios fundadores del UMD sabían con exactitud cuentos miembros eran. Si embargo 8 de ellos fueron condenados por el régimen franquista, siendo Luis Otero el que recibió la mayor pena, porque era el militar de mayor rango del grupo. En febrero de este año Carme Chacón le entregaba a Otero, junto a otros 13 compañeros, la cruz al mérito militar, un reconocimiento que llegaba tarde, pero como dice el refrán, más vale tarde que nunca.

Después de la muerte de Franco no sólo no se reconocieron sus méritos, sino que incluso algunos de ellos fueron apartados del servicio militar, y lo que es peor, otros acabaron en la cárcel. Y eso que no actuaban en solitario; como el propio Otero reconoce, tuvo contactos con Joaquín Ruiz-Giménez, un ex ministro de Franco, con Felipe González, del PSOE, con Sánchez Montoro, del PCE, y con otros muchos.

Otero fue uno de los que acabó en la cárcel, aunque no estuvo mucho tiempo, porque salió libre con la amnistía del 77, y pocos días después desapareció la UMD; ya se había conseguido el objetivo, la democracia estaba en camino. Y aunque los años posteriores no fueron mejor para Otero y el resto de sus compañeros, se atreve a afirmar sin tipo de duda que todo aquello mereció la pena.

Fuente: Elpaís.com

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La Guerra Civil española


La Guerra Civil Española (1936-39) es, sin duda, uno de los períodos más aciagos de la Historia Contemporánea.

Lo que comenzó siendo el alzamiento de una parte del ejército, encabezado por los generales Mola y Franco, con el fin de deponer al legítimo Gobierno de la República y el orden Constitucional imperante, terminó por cobrarse casi un millón de vidas, desgarrando las entrañas mismas de la sociedad.

Tras cumplirse siete décadas del fin de la contienda, es necesario, más que nunca, que permanezca viva en nuestra memoria, sin falsos maniqueísmos, para reivindicar los valores que engloba la dignidad de la persona, cuya conquista no es un hecho irreversible, sino que debe lograrse día a día desde compromisos profundamente éticos, y por tanto, humanos.


Miguel Ángel Motis Dolader, Doctor en Historia